¿ALGUNA VEZ ALGUIEN TE HA HERIDO TANTO QUE TU PRIMERA REACCIÓN ES QUERER VENGARTE??

¿Qué haces cuando alguien te hiere, insulta o rechaza? ¿Cuando te tratan con injusticia o cómo le pasó a una amiga muy querida, que le robaron su dinero en un descuido en la escribanía donde fue a pagar la casa que estaba comprando?

 

Los sentimientos de rabia pueden ser intensos y nos pueden hacer sentir ganas de vengarnos.

Yo hace poco tuve problemas con unas personas muy poco empáticas por un periodo de mes y medio. Su comportamiento generó muchas tensiones, frustración y rabia en mi. Les comparto las tres cosas que hice para deshacerme de estos sentimientos tan densos. Si me leen desde hace un tiempo, sabrán que utilizo el ritual, la meditación, la danza, la imaginación y visualización para transformar mi energía.

1. Bailar con los cuatro elementos naturales

Lo primero que hice fue bailar con los elementos y pedir especialmente a la Madre Tierra que reciba mi rabia y mis ganas de venganza y las transforme en luz y amor. Resultó. Me sentí más ligera y liberada. Pero los problemas continuaban sin solucionarse y me fui cargando de sentimientos negativos otra vez y cada vez se hacían mayores. Decidí otra vez bailar pero utilizando otro método.

2. Devolver la mierda de manera energética

Mientras bailaba al ritmo de una canción rockera energizante, les tiré a estas personas de vuelta, toda la mierda  que ellos me habían echado encima. Imaginaba que les cubría su casa con ella. Fue catártico y hasta divertido, no lo niego, pero no me dejo completamente liberada. No recuerdo si fue ese mismo día o unos dias después, que era tanto mi enojo, que no podía pensar en otra cosa y la verdad es que estos pensamientos estaban quitándome energía, y robándose mi alegría y mi paz, cosa que no soporto. Estaba pensando en qué hacer, cuando de pronto una frase vino a mi cabeza: “Esta persona es tu maestra» y  «Todo ocurre para tu mayor bien”.

3. Ver a un maestro en quien me hace sufrir y ver que todo lo que ocurre es para mi mayor bien

Uffff… ¿mi maestra? ¿Esto es para mi bien? No fue fácil. Comencé a repetir la frase, mientras respiraba profundo. Una de estas personas se había mostrado muy egoísta y ofensiva y entonces comencé a repetír: “Ella es mi maestra”. “Ella es mi maestra.” y “Todo lo que ocurre es para para mi mayor bien.” De pronto entendí que la lección que esta persona me estaba trayendo, era una de compasión. Se que el que hace daño está sufriendo. Ella estaba sufriendo para comportarse de ese modo. Eso era claro. Pero había tanto resentimiento en mi hacia ella que me costaba sentir compasión por ella. Traté de corazón de sentir su sufrimiento. La vi de niña, siendo humillada, sola y confundida. Lo estaba logrando, ¿pero qué pasaba con mi rabia y frustración?; ¿y con el dolor de ser tratada injustamente? Abrí mi corazón y dejé que esa rabia fuera y lloré; mi chacra de la garganta me dolía. Yo también me sentí como una niña y llamé con mi imaginación a una madre sabia que me llenó de amor divino y me acogió; curó éstas y posiblemente otras heridas conectadas con esta experiencia.

Fue la tercera manera, la más efectiva y completa sin duda. Creo que es válido utilizar la imaginación y seguir nuestra inspiración para deshacernos de la desagradable rabia y otras sensaciones no deseadas. Para mi, lo mejor de esta última, fue permitirme sentir lo que sentía y sentir compasión por mi y no tratar de deshacerme de la rabia y todo lo que estaba sintiendo antes de tiempo. Al final, cuando les di atención y espacio, la rabia y el dolor desaparecieron.

Prestemos atención a como nos sentimos después de nuestros rituales. El cuerpo sabe y el alma también.

 

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