YO ME LLAMABA PATRICIA

Decidí escribir sobre mi cambio de nombre a raíz de visitar hace unos días una exposición conmovedora, en la galería Germán Kruger Espantoso (ICPNA de Miraflores), en Lima, donde participo con dos obras, conjuntamente con 50 artistas mujeres. La exposición se titula Hay algo incomestible en la garganta: Poéticas Antipatriarcales y nueva Escena en los años 90. Mis obras están firmadas con mi nombre de entonces: “Patricia Vega”. La invitación a ser parte de esta importante muestra me halaga y por qué no decirlo, me llena de orgullo porque para serles sincera, el arte me salvó la vida y le di todo de mi durante veinte años.

 

¿De dónde salió Risa y por qué dejé de ser Patricia?

En el año 2017, aún viviendo en Amsterdam, sentí la necesidad de hacer un rito de renacimiento porque después de mucho trabajo personal, sentía que aún no tenía la paz que intuía era posible. El ritual fue creado por Alejandro Jodorowski y lo describe al detalle en su libro: Metagenealogía. Yo resoné tanto con este ritual que llevaba un tiempo queriéndolo hacer. Una noche, desperté dentro de un sueño. Mis sueños lúcidos tienden a ser cortos, pero este estaba durando mucho, así que decidí rápidamente que haría mi ritual en aquel espacio onírico. En este ritual mis padres, debían renacer tal como yo los necesitaba, debían darme lo que yo hubiera querido recibir de ellos. Yo, como adulta debía totalmente desnuda, pasar entre las piernas de mi madre. Mis padres me recibían y me cubrían de miel. Luego me lavaban y vestían con ropa nueva. El ritual requería que al final me cambiara de nombre. Había olvidado ese detalle, pero al recordarlo, decidí ir hasta el final y recibir un nuevo nombre. Fue un rito poderoso, emocionante; un verdadero nacimiento. Me bauticé en Westerpark, cuando el sol y la luna llena se miraban. Al término del ritual había que irse a comer pasteles, cosa que de buena gana hice en el café de la vuelta, disfrutando del toque de humor que pone Jodorowski a sus rituales. Después de desayunar pasteles, salí en mi bici rumbo al trabajo pensando que de ahora en adelante yo sería Risa Luna y no más Patricia. Era una idea bastante desafiante, pero estaba decidida a que esto no quedara en una “experiencia” más.

 

Me ha pasado que cuando cuento esta historia, la gente me dice: a mí no me gusta mi nombre. Yo les digo: ¡Cámbiatelo! Es cierto que cambiarlo requiere de valor e insistencia, pero si lo sienten, ¡vamos! ¿Por que cargar con un nombre con el que no se identifican o incluso les desagrada? Atreverse a hacer las cosas diferentes, aunque los otros no nos aprueben es vital. No es que Patricia no me guste, es que Patricia representa un yo que ya no existe.

¿Y si seguiré haciendo arte? Si, se hace arte de muchas formas. Para mí hacer algo con amor es arte y yo amo apasionadamente lo que hago.

Para los que viven en Lima, Mañana es el última día para visitar la exposición Hay algo incomestible en la garganta: Poéticas Antipatriarcales y nueva Escena en los años 90 curada por Miguel A. López

Espacio Germán Krüger Espantoso
Del 2 de julio al 16 de octubre del 2021

 https://cultural.icpna.edu.pe/portfolio_page/hay-algo-incomestible-en-la-garganta/