MI RETIRO DE AYAHUASCA – 13 DIAS EN LA SELVA PERUANA

La invitación de viajar a la selva alta peruana, para hacer una dieta de trece días con plantas maestras tradicionales y retiro de silencio, llegó en un momento en me estuve sintiendo estancada, desconcentrada y poco productiva.

 

Esta aventura empezó en la ciudad del Cusco con una pareja de Pacos, (maestros alto andinos), que hicieron un despacho de florecimiento para mi, el cual tendría de quemar en la selva y sobre el cual sembraría un árbol. Al mediodía del día siguiente partimos por tierra desde la ciudad del Cusco con el grupo de participantes hacia el centro de medicina tradicional andino amazónica Sacha Qénte en Koshnipata.  Llegamos de noche. Pio Vucetich, quien es el maestro que dirige el centro y el retiro, nos recibió y luego de compartir información relevante, nos llevó a un lugar entre árboles para hacer una limpia que consistía en beber un brebaje horrible que te hacia vomitar el alma. La limpia no es sólo física sino energética y nos prepara para recibir mejor las plantas que tomaríamos los días venideros.

 

Con ayuda de linternas en medio de fango y charcos que habían de pasarse con cuidado para no resbalarse y caer, fui guiada a la cabaña en medio de la selva, donde tendría que vivir por la duración del retiro. Una cama con mosquitero, una mesa y una silla era todo el mobiliario. Ah, y una vela.

 

Los sonidos de la selva son emocionantes; los olores, la humedad. Tenía mucha ilusión de lo que viviría esas dos semanas. Los dos días siguientes previos a la dieta consistían en entrevistas con el maestro y dos ceremonias de Ayahuasca.

 

Yo buscaba claridad y sentirme más decisiva en general. Ya en sueños, había recibido señales de que necesitaba incluir la actividad artística, que por años había dejado de lado, pero tenía la esperanza de obtener más “información” que me ayudara a tomar buenas decisiones.

 

Las ceremonias de Ayahuasca, fueron cuatro en total. Fue en la segunda, que me puse muy emocional. Conecté con una tristeza profunda que venía de mi yo bebé, que no había sido amamantado al nacer. (Yo sabía desde hacía mucho que el obstetra que atendió a mi mamá en su parto, le había dicho que la fórmula era mejor que la leche materna y que para qué quería estar atada a mi a la hora de alimentarme. Cosa que me pareció de gran ignorancia, pero nunca le había dado mayor peso a este hecho.) Lloré esa noche y otras más. Mi bebé se sentía abandonada, cosa que puede resultar exagerado, considerando que nunca me faltó atención o alimento, pero en estos casos, la lógica no ayuda. Así como en las sesiones, mis clientes empiezan diciendo que no saben por que se sienten tan mal si tuvieron una niñez “normal” e incluso feliz, pero que una vez en contacto con el niño o niña interior, estos revelan que nadie estaba para ellos, a mí me tocó validar esa emoción y ofrecerle amor a mi yo bebé y dejar que llore su pena mientras la sostenía. En medio de este proceso, algo inesperado sucedió: me vino la imagen de la madre María cargándome y diciéndome que ella me cuidaría. Me ofreció el pecho y me amamantó. ¡Fue hermoso! Yo hace muchos años que no tengo presente a la Virgen María y aunque recientemente he empezado a rezar, esto vino espontáneamente en la ceremonia y fue sanador. Tanto fue el impacto de este encuentro que, durante mi dieta en la cabaña, hice dos dibujos de mí bebe y otra de mi niña de uno o dos años, amamantada en una y abrazada amorosamente en otra por la Virgen. Los dos dibujos los hice muy emocionada a la luz de una vela y los estuve mirando cada día del retiro. Siento que ellos terminaron por sanar esta herida.

 

Este es un ejemplo de cómo algunos hechos que no resultan en apariencia traumáticos, pueden dejar huellas de dolor en las personas. La Ayahuasca echó luz sobre un evento que mi mente racional había pasado por alto.

 

Otra de las revelaciones que tuve durante la dieta, fue que tenía que retomar el camino del arte y usar mis talentos artísticos. Tal vez la Ayapana, que fue la planta maestra que estuve tomando durante una semana con algo de fruta o a veces sólo agua en todo el día, indicada para combatir el miedo, hizo sus efectos sobre esa parte de mí, que le temía al éxito y me ha empujado a dejarlo todo y empezar de cero más de una vez. Es posible que este miedo a recibir tuviera su origen en el no haber sentido que “merecía” el sustento primero y la conexión intima con mi madre.

 

En todo caso estoy convencida de que necesitamos validar nuestras experiencias infantiles y nunca compararlas con la de otras personas. Siempre va a haber alguien que lo tuvo peor que nosotr@s pero esto acaso invalida nuestro dolor? No. Minimizarlas, “pasar la página” no resuelve nada, como tampoco quedarnos en el plan de víctima, por ello la importancia de acercarnos a nuestras heridas desde la energía de nuestro Adulto Sano. ¿Que significa eso? Recomiendo la meditación que tengo Conexión con el Adulto Sano o Ser Superior, aquí en mi web para familiarizarse con esta energía. (link al final del post). Estamos en nuestro adulto sano cuando nos permitimos sentir nuestras emociones, sin culparnos, abiertos a investigar lo que pasó sin juzgarnos, validándolas y reconociendo que fue duro; atendiendo a nuestro dolor con amor y compasión, ofreciendo apoyo tal como un padre o madre amoros@ trataría a su pequeñ@. Recomiendo también la técnica de RAIN que postula Tara Brach que es una forma de abrazar y procesar las emociones intensas desde la compasión.

 

Sanar nuestras heridas del pasado puede tomarnos años, la vida entera quizá, pero la retribución, la sensación de libertad y de nuevas posibilidades que esto nos trae, supera en creces todo el esfuerzo invertido.

 

He vuelto ligera, fuerte, más decidida y entusiasta. Estoy muy agradecida a todo el equipo de Sacha Qénte, a Pio Vucetich, a mis compañeros de retiro por el trabajo realizado, por el cariño que sentí allí, por la guía e inspiración; a ese mágico lugar que no sólo sana corazones, sino que tiene como misión reforestar una gran extensión de selva que como dice Pio, encontró hecho un basural y ahora es un bosque que crece y se expande.

 

CLICK AQUÍ PARA IR A LA MEDITACIÓN: Conexión con el Adulto Sano o Ser Superior